Estas desigualdades se agravan cuando hablamos de salud menstrual. Las personas neurodivergentes que menstrúan —niñas, adolescentes, mujeres y personas LGBTIQA+— suelen enfrentarse a experiencias más intensas y complejas del ciclo menstrual: mayor sensibilidad sensorial ante ciertos productos, dificultades para identificar y expresar dolor, retos para establecer rutinas de autocuidado o interpretar señales corporales. Y sin embargo, la menstruación no suele ser incluida en las adaptaciones escolares ni en las intervenciones clínicas dirigidas a personas neurodivergentes.


Dos realidades estigmatizadas, unidas por una necesidad histórica
"La regla me limita muchísimo en todos los aspectos de mi vida [...] estar acarreando esa sensación de rabia, de menudo reto, es duro. Es que aunque tengas claro el momento en el que estás y de que es el proceso, a veces es tan intenso que tú misma no puedes controlar no tomar una decisión o no puedes controlar meter la pata de alguna forma, entre comillas, meter la pata, porque no es lo que se espera que tú hagas." (Mamen, 2025)
- La menstruación es percibida como una "traba" o un "castigo”.
- Afecta en todos los ámbitos de la vida, incluyendo ocio, relaciones de pareja, trabajo y familia.
- El ritmo de vida disminuye significativamente durante la fase menstrual, llevando a las mujeres a prescindir de ocio y tiempo libre.
"No sé cómo me siento, porque no lo identifico bien, entonces no sé si estoy triste, mosqueada, entonces es como que… que me cuesta muchísimo más." (Clara, 2025)
"Hay veces, que yo me metería en una habitación a gritar una esquina. Pero ya ni los cascos que me pongo de cancelación. Me pondría en una esquina y me quedaría." (Clara, 2025)
- Los síntomas de disautonomía se intensifican.
- El dolor puede ser tan intenso que interfiere con el rendimiento laboral, incluso requiriendo atención de urgencias en algunos momentos.
- Sienten que su cuerpo a veces rechaza ciertas opciones de productos.
- Existe un "sobreanálisis" que, siendo constante en una persona autista, se vuelve el "triple" durante la menstruación.
- El estigma asociado a la menstruación en mujeres invalida el sobrecoste (esfuerzo extra) que implica.
"Tampoco puedo tener un Tampax ni nada de nada de nada metido dentro de mi cuerpo, porque no puedo, no lo soporto. No soy capaz de mantener una conversación coherente teniendo algo metido dentro." (Kautar, 2025)
- Existe una gran sensibilidad a los olores, que se vuelve "mega molesto" al juntarse con el olor de la sangre.
- Los productos con perfumes causan irritación y eczemas en la piel.
- La sensibilidad a la textura o a la sensación física es alta; las compresas y tampones pueden molestar mucho.
"Hay un infradiagnóstico increíble. Totalmente. No solamente a nivel de autismo, sino también en muchas otras neurodivergencias, muchísimas." (Miriam, 2025)
"La ratio de psicólogos por pacientes en este país es ridículo. Totalmente ridículo. Y si tienes una patología o necesitas ayuda... y tienes que pagarla.” (Miriam, 2025)
"Cuando por fin llegas... y que el profesional que te encuentres esté tan lejos de la realidad que tú sufres... es totalmente denigrante, decepcionante. Eso sí que es un verdadero insulto." (Mamen, 2025)
- Los profesionales de la sanidad carecen de "mucha actualización" y "formación" sobre neurodivergencias en adultos.
- El sistema de salud pública tiene "carencias", especialmente en la atención psicológica, con una ratio psicólogo/paciente ridícula.
- El costo de las terapias privadas es una barrera.
- Existe una falta de reconocimiento y comprensión por parte de algunos profesionales, llegando a invalidar las dificultades vividas ("habrás tenido una vida muy fácil"). Esto es "denigrante, decepcionante" e "insultante”
- La educación es necesaria en ambas partes; no solo la persona autista debe adaptarse, sino que la sociedad debe aprender a entender y traducir sus formas de comunicar y procesar.
La salud menstrual y las neurodivergencias comparten una historia común de silenciamiento, estigmatización e invisibilización. Ambas han sido tradicionalmente abordadas desde marcos reduccionistas: la primera, desde el tabú y la patologización del cuerpo femenino; la segunda, desde el déficit, la exclusión y la medicalización de la diferencia.
En el caso de las personas neurodivergentes que menstrúan, estas opresiones se entrelazan, generando una discriminación interseccional. Sus necesidades se sitúan en los márgenes de la educación, la salud y las políticas públicas, quedando fuera tanto de los programas de educación sexual como de los protocolos de atención inclusiva. Esta falta de reconocimiento institucional genera desigualdades profundas y vulnera derechos básicos como la autonomía corporal, el acceso a la información, el bienestar emocional o la participación activa en su entorno.
Si quieres indagar más sobre esta temática te invitamos a escuchar el episodio 2 de la temporada 2 del Podcast Mens(tr)ual en el que entrevistamos a Valle Matres Guerrero, neuropsicóloga. Así como la Mesa Redonda -de dónde hemos sacado los extractos para este post- también del podcast Mens(tr)ual donde encontraréis un pequeño episodio por cada una de las preguntas que hicimos a cinco mujeres autistas.
¿Te lo vas a perder?